miércoles, 18 de agosto de 2010

Irónico como la felicidad se esfuma.

Felicidad vivía con su madre y un tio por conveniencia. Llevaba una vida tranquila y fue bautizada con ese nombre para sentir la felicidad en casa, en un barrio en donde las personas se llaman con artículos, asediado por la desdicha y olvidado por la sociedad.

Una joven dedicada y responsable. Despertaba muy temprano cada día de cada semana, de cada mes, de todos los años. Trabajaba para conseguir comida y comía para poder seguir trabajando. Su tío, un mecánico, que no podía evitar robar un tornillo de aquí o de allá, pues tenía una condición mental que lo excitaba mientras robaba, trabajaba en un taller donde constantemente se perdían las cosas. Y conseguía ayudar un poco a Constanza, la madre de Felicidad.

Tío por conveniencia porque no era familia ni del desaparecido padre de Felicidad o de su madre Constanza. Llegó un día a la casa buscando un lugar para hospedarse y ya hace 15 años que vive en casa, en donde no se pierden cosas, sino que misteriosamente aparecen más.

Felicidad de 25 años y una piel tersa, cabellos rizados y ojos claros, siempre ha tenido ganas de conocer el mundo. Felicidad que siempre ha ayudado a su madre y a su tío -por conveniencia-, no es del todo feliz. Felicidad en busca de algo mejor para su vida y la de su pequeña familia, se ha ido de su casa... Y hoy todos se preguntan en que momento se fue la Felicidad del hogar.

----------

Algo que se me ocurrió mientras iba en camino a casa. Hoy fue un día muy bueno y productivo. Hoy fue un día en el que he aprendido algo más de esta vida... Hoy a las nueve de la noche, mi día termina pues estoy algo cansado. Mañana nuevamente estaré desde muy temprano despierto, y tal vez si sueño algo, y si logro recordarlo cuando despierte, lo escriba.

Buenas Noches a ti que me lees...

Trapped Martian.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Porque así como llega se va…hay que disfrutar cada instante de felicidad

Trapped Martian dijo...

Se va pero regresa y eso es lindo. Si estuviéramos felices siempre no tendría sentido vivir. A veces se aprende del llanto, a veces se llora de alegría y otras veces solo se llora.

Y más que disfrutar los instantes de felicidad Melinda, hay que disfrutar la vida.

... beso post mañana.

Trapped Martian dijo...

Por cierto... Gracias por leer.