viernes, 11 de junio de 2010

Luna

Hay más obstáculos cuando se tiene prisa, los espacios que son reducidos se tornan más amplios. Y la verdad es que corriendo en medias sobre un piso de madera, recién pulido, es difícil detenerse. Te golpeas con muebles, mesas y demás, pero no importa, la prisa y la ansiedad te hacen olvidar momentáneamente el dolor. Abriéndote paso por la sala de la casa, la cual conoces a la perfección pues llevas años viviendo en ese lugar, llegas a la cocina.

Te diriges a uno de los gabinetes y buscas. Las decisiones son rápidas y bien pensadas, justo antes de entrar a la cocina ya sabías que querías, pues tienes prisa. Necesitas volver rápidamente a donde estabas antes de correr, antes de golpearte con los muebles.

Un vaso de agua, al clima, lo serví rápidamente del grifo porque no tengo tiempo para perder. El vaso, de esos grandes que regalan en promociones de refresco, es de vidrio y tiene figuras abstractas en color negro y blanco, necesito que sea grande para así evitar ponerme de pie una vez mas para volver en busca de agua.

Mi vida antes no era así, no corría tanto, ni me desvelaba hablando contigo... Fue cuando hablé contigo y te conté mis problemas que fui teniendo esa metamorfosis que me hizo en lo que soy ahora... Luna, a la misma hora siempre cuento contigo... Recién llegada la tarde, en el instante previo en el que se empieza a despedir el sol, apareces tú y contigo mis sonrisas.

Por eso corro, por que ya casi se va el sol... Es lindo como su ida marca tu llegada. Es lindo esperar por ti, es lindo que me escuches y me entiendas. Es lindo.

El vaso ahora reposa sobre una mesa. Las gotas de agua, que ahora escurren de su superficie, labran su camino hasta llegar a la mesa, mojando levemente y dejando huella de mi ansiedad, porque sin nada a la mano para limpiar no me preocupo si quiera por buscar algo para secar. Ya casi es hora, ya casi mi espera de este día termina.

Hablaba con la Luna en mi soledad y le comentaba mis temores, le comentaba acerca de mis deseos y ella sin mas que hacer: Escuchaba. Le comenté que antes quise, le comenté que ahora es difícil querer, le comenté lo que extraño y lo que no. Le comenté mucho, y ella escuchaba, y sé que me entendía, por que luego preguntaba.

También le dije como siento celos de todas las estrellas que están más cerca de ella que yo, siento celos incluso de nubes que la observan más cerca que yo. Me intriga también el hecho que estamos tan cerca el uno del otro, pero así mismo muy lejos. Es imposible verte en el día, salir contigo de noche e impensable visitarte... pero guardo esperanza luna, de que algún día llegue a tí.

Todo esto pienso, todo eso imagino. Y aquí, de pie, mirando por la ventana y al mismo tiempo sin quitar los ojos de la pantalla del computador espero que te conectes Luna2108, para así hablar de nuevo y seguir con nuestra relación que sin importar cuantas veces llegue el hombre a la Luna, no dejará de ser virtual.

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