En un día como hoy, en el que despierto tarde... con animos de no tener que despertar, sin hambre, sin emoción y algo de desconcierto, solo espero mientras puedo tomar baño... y una vez dentro del baño mi instinto me dice que hacer y como un robot lo hago, salgo a los pocos minutos bañado, y listo para empezar de nuevo la rutina.

El trabajo que nunca es malo, exige mi concentración y me hace olvidar problemas e ideas de un futuro mejor para poder desempeñarme de la manera que todos esperan. Así que me encuentro sentado frente a el computador, leyendo y programando (como me he ensañado por mucho tiempo).

Aunque sé que al final del día esos sentimientos estarán ahí, esperando cual volcan activo, esperando el momento para surgir nuevamente. Como un Fénix resurgen y opacan los sentimientos de felicidad efimeros. Pero no creo que todo sea tan malo, porque nuestra misma naturaleza nos hace siempre querer más aún cuando lo tenemos todo.

Eso me hace olvidar mas fácilmente de problemas y sentimientos abrumadores, el pensar que aun cuando me siento mal siempre podré colaborarle a alguien que se encuentre en una situación peor a la mía. Y dado que es muy probable el encontrar alguien que va a estar en una situación peor a la mía actual puedo decir con seguridad que aferrando mi felicidad a ayudar a otros es mas factible hacer que ese Fénix demore más en resurgir.

Trapped Martian...