Hoy desperté temprano, sin sueño. Aún cuando me acosté a eso de las 2 de la mañana y estaba en pie a las 6 de la mañana. “hoy es el día”, dije. Estaba a la espera de tu llamada, pero algo en mi decía que como te gusta tanto dormir, sería la ultima llamada que recibiría (y adivina, acerté).

No había hecho mi tarea, se suponía debía leer de Brasil, hacer una presentación de Colombia y repasar algunas cosas de AIESEC. Lo único que hice fue leer de Brasil :P. En lo de Colombia, creo que improvisare, después de todo soy colombiano, no? Este es un día en el que estoy sensible, me acuerdo de todo y de todos y me pongo nostálgico.

Me bañe rápidamente, y tenia lista la ropa del día. Recuerdas el buzo negro que compramos? bueno, ese no me lo puse. Preferí sacar la chaqueta beige, un jean azul oscuro desgastado, mis tenis negros y una camiseta beige (con la que fui a Cartagena), la pulserita negra que me regalaste y unas medias blancas. Todo estaba listo, maletas, bolso de mano y yo. Faltaba el desayuno. Mi mamá se levanto muy temprano, se veía muy linda, y preparo lasagana con esa paciencia de madre y como que le hecho bastante amor porque quedó muy rica. Mi hermano, por otra parte, empezó desde muy temprano a poner música de Brasil en su computador, sonaba bien. Mientras tanto, yo en mi cuarto con los ojos llorosos. Desayunamos todos en la mesa, hablando y riendo mucho –siempre estabas presente, como la última vez q te tuve en mis brazos debajo de ese fondo estrellado negado -. Así, en algo como 30minutos estábamos listos para irme.

Ya en el carro, iba pendiente de todos los detalles porque sé que son cosas que quiero recordar. Luego de 25 minutos o más de viaje al aeropuerto, recibí tu llamada, me gusto mucho oírte, aunque no pude evitar pensar que yo pude estar dormido contigo allí, y que pasara algún tiempo para que pueda tener esa oportunidad nuevamente. La llamada duro algo como 4 minutos, no sé, al parecer te quedaste sin saldo y es una lastima, hubiera querido hablar un poco mas, repetirte que te voy a extrañar princesa.

En el aeropuerto, estuve por algo como 45 minutos antes de entrar a la sala de espera. Luis y su mamá se aparecieron allá para despedirme. Mis padres y mi hermano también estaban allí. Pensé que lloraría más, aunque las pocas lágrimas que derrame fueron necesarias para que todos allí presentes se dieran cuenta. Aun allí te pensaba mucho.

Hablamos de todo, mis padres pudieron conocer a la mamá de Luis, y hablaron mucho con ella, dos promesas en nombre de dios ella me dio, y están aquí conmigo en mi chaqueta. Una vez ingresé a la sala de espera, demore allí como 45 minutos antes de abordar el avión. Estaba ubicado en la parte de atrás, ventanilla. A mi lado una muchacha como de 33 años me dice que si puedo cambiar de asiento con su novio, un man como de 35 años, porque a él le daba miedo el despegue estando solo, ”No”, dije sin rodeos, quería ver por la ventanilla. Mientras no estaba mirando por la ventanilla, leía el libro que mi papá me dio. Vidas paralelas: Alejandro Magno – César, escrito por Plutarco. No estoy cansado, estoy feliz, triste pero feliz.

No me lo vas a creer pero mientras estaba allá arriba encontré la cama perfecta para ti, no esta de mas decir que los dos cabemos en ella, sé que te encantaría. Es muy blanca y muy cómoda, encajaría perfectamente con lo que tienes en mente. Es en las nubes linda, soñé con los dos juntos allí durmiendo. Voy a hacerte una casa en el aire preciosa, pero para los dos.

El viaje estuvo calmado, llegué a Bogotá a eso de la 1 p.m., el clima estaba bien, salí sin chaqueta y me sentía bien con el frío. Recogí mi maleta, me dirigí a hacer el check in para el siguiente vuelo, Bogotá – Lima, Perú, que salía a las 430p.m.

Bogotá – Lima, Perú
Luego de realizar el check in y cancelar el impuesto de salida del país (57 mil pesos), decidí ir a almorzar puesto que eran como las 2 de la tarde. La pregunta era en donde, la respuesta estaba literalmente al frente mío. Creppes and Waffles, nueva sede el Dorado. Estaba un poco lleno pero pude encontrar donde sentarme. No tenían Wi-fi y mucho menos un toma de corriente donde pudiera conectar el pc, para escribir lo que veía y pensaba. Allí fue cuando llame a una mesera y muy gentilmente le dije que me diera uno de esos individuales que ponen antes de servir el plato (son blancos por detrás, perfectos para escribir un poco). Bueno, ordené exactamente el mismo plato que comí contigo, la primera vez que almorzamos juntos. Si no lo recuerdas, era pollo hindú al curry con salsa de mango. Así quedó el plato.

Salí rápidamente de Creppes y me dirigí a llamar a mi casa, pues para avisar que estaba bien. El minuto costaba 500 pesos. Pensé: “Nojoda, pa’ esa vaina me meto a internet”, compre 15 minutos en telecom. Un total de 1000 pesos. Un computador lentium, que demoró abriendo msn como un minuto, explorer otro minuto mas. Eso eran 13 minutos de calidad para saludar a la gente que quiero. No estabas conectada, por allá no hay internet. Hable un ratico con mi hermano, le dije que estaba bien, que cuando estuviera en la sala de espera me conectaba, pero no pude. Del dinero en pesos que me sobró, porque el impuesto de salida fue mas barato de lo que pensábamos, compre un reloj (imitación de Gucci, 30 mil pesos), te puedo decir que fue la primera vez que me quito la pulsera y eso, para cambiarla de brazo.

Con calma, me acerqué a la sala de espera. Me dijeron que mi maleta iría directo a Sao Paulo. Sentado esperando, saque el reproductor de música y mi compañero de viaje (Vidas paralelas). Leí varias páginas ahí sentado. Y miraba a la gente, y en los puestos vacios a mi lado, te pensaba a ti.

El momento de abordar llego, y fui con calma a mi asiento. Esta vez fue en la mitad del avión, en el pasillo, un puesto detrás estaba Antanas Mockus, lo salude normal y ya no le dije más na. La azafata repartió unos periódicos de Perú, decidí tomar uno, pero las noticas como que no me interesaban mucho, hice el sudoku, pero no el crucigrama. Como iba yo a saber vainas de la farándula Peruana.

Llegamos a Perú a eso de las 7 de la noche, y allí me tocaba esperar hasta las 9 para abordar el vuelo hacia Sao Paulo. Una larga espera, así que conecté el pc a la pared, lo encendí y me conecte al wi-fi. Pude hablar con la gente y hacer saber a otros en donde estaba. “Perú”, Dije. En esa sala, había gente de todas partes, Costa Rica, Colombia, China o algún país en donde la gente tenga los ojos chiquitos, México. Te envié dos mensajes de texto que no sé si llegaron, pero literalmente decían: “Linda, llegue a Perú, te mando muchos besos. Te quiero, te pienso”.

Perú – Sao Paulo
El viaje que tocaba era largo de 9:30 p.m. a 2:40 a.m. (hora colombiana, porque en Brasil eran las 4:40 a.m.). Debo decir que este vuelo me atemorizaba mas, era muy largo. Yo pensaba que voy a hacer tanto tiempo ahí sentado… Dormir, me dormí un rato, pero antes hable con Eloísa.
“Hola, como te llamas”, dijo ella. “Miguel”, respondí. “Ah, como el arcangeleiro (o algo asi)”, agrego ella. En ese momento caí en cuenta, el arcángel Miguel. “Es muy forte”, anoto ella nuevamente. “si, la verdad es que si”, dije yo, pero no tenia ni idea. Resulta que Eloísa es maestra, pero enseña para la vida. “A los estudiantes de tu edad, los preparan para empezar a trabajar y hacer una vida, pero, la vida es mas que eso. Ustedes deben aprenderio a vivir. La vida es 50 y 50, debes saber atraer el 50 bueno y estar con el 50 malo sin que te fastidie tanto”, hablamos un rato. Yo conocía alguito del tema, pues por leer y ver documentales como The secret o The world is flat. Hablamos de eso un ratico, hasta que decidí dormir un rato. La madre que es el viaje mas largo que he tenido en Avión. Llegamos a Sao Paulo y ahí si nadie hablaba ingles. La gente me entendía en español pero me respondían en ingles, entonces tenia que andar preguntando por personas que supieran ingles. El aeropuerto es grande, pero muy bien señalizado. Cuando llegue lo primero que hice después de pasar por la aduana, reportar que no tenía cosas de contrabando y declarar mis pertenencias fue hacer check in para el siguiente vuelo. Sao Paulo – Brasilia, de 830 a 940 hora brasilera.

Sao Paulo - Brasilia
Una vez hecho el check in, era libre para deambular por el aeropuerto de Sao Paulo, el internet wi-fi había que pagarlo, por eso no conecté a esa hora. Compre lo que seria hasta este momento el croissant con cappuccino más caro en mi vida. Un total de US 9.90 (osea 17.820 pesos colombianos). Después de comerme eso, mi desayuno, encendí el computador y empecé a copiar lo que había escrito en la hojita esa de Crepes. Así pasé parte de la espera, luego entre a la sala 1ABC porque se suponía allí debía abordar el otro avión, pero avisaron que habían cambiado la puerta de salida ahora era por la 16, “imfomariños a los usuariños del vueleriño 3584 con destineiro a brasila que la puertiña es la 16”, por lo menos asi escuche… no en realidad, escuché el numero del vuelo (los numero son iguales que en español, por lo menos esos cuatro), el destino y el numero de la puerta.

En este vuelo, si era yo con el sueño. Me quede dormido, me despertaron dos veces. La primera fue una señora de la ventanilla porque iba al baño y la otra la azafata para darme la comida. Ese vuelo duró como dos horas, íbamos alto, aunque no podía ver por la ventana porque estaba en pasillo, 18C. en este vuelo, termine de leer la vida de Alejandro Magno, me dio tristeza como murió el man, al parecer lo envenenaron, por lo menos eso dice Plutarco. Pero lo cierto es que dicen que al man lo mato el paludismo.

Arribé a Brasilia a eso de las 9:40 a.m., pero Salí del aeropuerto como a las 10:20 a.m. porque se demoraron en descargar las maletas. Cuando iba saliendo, pitos y unas niñas con bombas de amarillo, azul y rojo y una cartelera que decía “Saúdo Miguel” me recojieron…

Dejo esto hasta allí porque después no me leen!...
Saludos, te quiero princesa.
Igual este es asi de largo, porque hey estuve en 5 aeropuertos y en 4 aviones.