martes, 15 de julio de 2008
Día 15 - casi la mitad del mes
Que mañana, fría, pero no tanto. Esta vez, no salía humo de mi boca, el sol me calentaba la cara, mientras mis manos iban dentro del buzo, porque no soportaban el clima. El maletín, que aunque vació, en mi espalda estaba cubriendo gran parte de ella del frió. Desperté temprano, ya estoy como acostumbrándome e incluso, me he dado cuenta que no importa que tan temprano llegue a Rodoviária, el bus siempre sale a eso de las 740 de la mañana. Lo mismo que el bus que me recoge en casa pasa a las 7 de la mañana, entonces tengo que procurar llegar a esos tiempos, sin importar la hora a la que me despierte. Que mal que los taxis sean tan caros, porque si no, uno que otro día podría darme ese lujo.
Hoy, el perro no estaba allí para ensuciarme, lo que me agrado mucho, porque salí con calma. Encendí el mp4 y me puse a escuchar música. Las mismas de siempre, aunque con unas canciones en portugués que me pasó un compañero de la empresa… de las cuales me gustan pocas.
Al subirme al bus, la misma señora recogiendo el dinero, ya me reconoce, pero aja, solo somos dos personas que por cuestiones de trabajo, se encuentran de segunda a sexta feira, por las mañanas con tronco de sueño. Hoy me percate de algo, y es que ya no tengo que dar la tronco de vuelta, que venía dando, al bajar del bus que va de Lago Norte a Rodoviária. Porque no había notado que ese bus me dejaba diagonal a la salida del otro –el que va a W3-, si no que yo no veía porque los otros buses me tapaban, entonces daba una vuelta más pendeja. Pero bueno, poco a poco se va aprendiendo.
Llegue a la empresa a faltando 5 para las 8. Bien, creo que en Barranquilla, que era más cerca de todo, no llegaba así de temprano. Es que ni a tu casa, que decía que iba a las 7 y llegaba a las 730, … Recuerdas? Incluso la vez que fui en el carro. La última vez que estuve por allá. La vez en que me di cuenta que era un traste parqueando en garajes angostos.
Esta vez no cogí 10 galletas, sino que cogí 4, y un poquito de chocolate con un dieciséis de café. Había alcanzado a desayunar en casa, pero era un desayuno sin fundamento. Es decir, un pedazo de pudín con un guineo y un vaso de leche. Estuvo bueno, pero necesitaba algo mas para el resto de día. Trabaje juiciosamente, ayudando un poco en el proyecto que hay que entregar mañana. A la hora de almuerzo fui a “Floripa Creppes”, allí me aceptan los bonos que me dieron acá, la comida es buena. Surtida, es estilo Buffet.
Luego de salir del restaurante, fui a dar una vuelta por ahí, solo me dedique y a pensar en todo lo que había pensado en la noche. Debo decir de antemano que de eso no hablaré. Por lo menos no ahora. De tanto pensar y caminar me sentí como impotente, como agobiado, como triste, entonces fue cuando me di cuenta que tenia que distraerme en el trabajo, el tener que hacer algo siempre lo ayuda a uno a distraerse. Esa es la verdad. Salí del trabajo a las 640 de la tarde, no podía irme sabiendo que había un problema con la aplicación que estábamos desarrollando, así que me quede con Rodrigo hasta que eso se soluciono.
A la salida, decidí ir al museo, antes llamé a Rafael para que se pasara por allá, pero nunca llego. Sus padres habían salido, cada uno en un carro, entonces no tenia como salir él. En el museo, anhelaba tener cámara, no había llevado la mía porque yo no había planeado ir al museo. Pero cuando termine de ver cosas en uno, y me dispongo a salir, me encuentro a Vick, resulta que Rafael le había dicho que el no venia que le hiciera el favor, ella, de pasar por mi. Y ella si tenia cámara, entonces entramos seguidamente al museo de Pelé. En donde tomamos fotos, y vi un poco de objetos que pertenecieron a ese astro del futbol.
A la salida de ahí, Vick me dejo en la Rodoviária, y ahí espere como 20 minutos a que llegara el bus y como 15 para que arrancara. La cosa es que llegue a casa a las 930 de la noche, algo cansado, aburrido, y si, los sentimientos de la tarde volvieron, pero ahora mismo los combato con una ducha de agua fría, porque la verdad es que mañana será un largo día y necesito estar calmado y concentrado. Les mando un beso y las fotos del museo, debo esperar que me las envíen para poder publicarlas.
Hoy, el perro no estaba allí para ensuciarme, lo que me agrado mucho, porque salí con calma. Encendí el mp4 y me puse a escuchar música. Las mismas de siempre, aunque con unas canciones en portugués que me pasó un compañero de la empresa… de las cuales me gustan pocas.
Al subirme al bus, la misma señora recogiendo el dinero, ya me reconoce, pero aja, solo somos dos personas que por cuestiones de trabajo, se encuentran de segunda a sexta feira, por las mañanas con tronco de sueño. Hoy me percate de algo, y es que ya no tengo que dar la tronco de vuelta, que venía dando, al bajar del bus que va de Lago Norte a Rodoviária. Porque no había notado que ese bus me dejaba diagonal a la salida del otro –el que va a W3-, si no que yo no veía porque los otros buses me tapaban, entonces daba una vuelta más pendeja. Pero bueno, poco a poco se va aprendiendo.
Llegue a la empresa a faltando 5 para las 8. Bien, creo que en Barranquilla, que era más cerca de todo, no llegaba así de temprano. Es que ni a tu casa, que decía que iba a las 7 y llegaba a las 730, … Recuerdas? Incluso la vez que fui en el carro. La última vez que estuve por allá. La vez en que me di cuenta que era un traste parqueando en garajes angostos.
Esta vez no cogí 10 galletas, sino que cogí 4, y un poquito de chocolate con un dieciséis de café. Había alcanzado a desayunar en casa, pero era un desayuno sin fundamento. Es decir, un pedazo de pudín con un guineo y un vaso de leche. Estuvo bueno, pero necesitaba algo mas para el resto de día. Trabaje juiciosamente, ayudando un poco en el proyecto que hay que entregar mañana. A la hora de almuerzo fui a “Floripa Creppes”, allí me aceptan los bonos que me dieron acá, la comida es buena. Surtida, es estilo Buffet.
Luego de salir del restaurante, fui a dar una vuelta por ahí, solo me dedique y a pensar en todo lo que había pensado en la noche. Debo decir de antemano que de eso no hablaré. Por lo menos no ahora. De tanto pensar y caminar me sentí como impotente, como agobiado, como triste, entonces fue cuando me di cuenta que tenia que distraerme en el trabajo, el tener que hacer algo siempre lo ayuda a uno a distraerse. Esa es la verdad. Salí del trabajo a las 640 de la tarde, no podía irme sabiendo que había un problema con la aplicación que estábamos desarrollando, así que me quede con Rodrigo hasta que eso se soluciono.
A la salida, decidí ir al museo, antes llamé a Rafael para que se pasara por allá, pero nunca llego. Sus padres habían salido, cada uno en un carro, entonces no tenia como salir él. En el museo, anhelaba tener cámara, no había llevado la mía porque yo no había planeado ir al museo. Pero cuando termine de ver cosas en uno, y me dispongo a salir, me encuentro a Vick, resulta que Rafael le había dicho que el no venia que le hiciera el favor, ella, de pasar por mi. Y ella si tenia cámara, entonces entramos seguidamente al museo de Pelé. En donde tomamos fotos, y vi un poco de objetos que pertenecieron a ese astro del futbol.
A la salida de ahí, Vick me dejo en la Rodoviária, y ahí espere como 20 minutos a que llegara el bus y como 15 para que arrancara. La cosa es que llegue a casa a las 930 de la noche, algo cansado, aburrido, y si, los sentimientos de la tarde volvieron, pero ahora mismo los combato con una ducha de agua fría, porque la verdad es que mañana será un largo día y necesito estar calmado y concentrado. Les mando un beso y las fotos del museo, debo esperar que me las envíen para poder publicarlas.
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